El animal es violento. Los seres humanos, que son el resultado del animal, también son violentos; forma parte de su naturaleza el ser violentos, irascibles, celosos, envidiosos, buscar el poder, la posición, el prestigio y demás, dominar, agredir. El hombre es violento ?esto se ha demostrado en miles de guerras- y ha desarrollado una ideología que él califica de "no-violencia" [...].
Y cuando hay violencia de hecho, como una guerra entre este país y el país vecino, todos quedan implicados en ella. Les gusta. Ahora bien, cuando son de hecho violentos y alimentan un ideal de no-violencia, tienen un conflicto. Están siempre tratando de volverse no violentos, lo cual forma parte del conflicto. Se disciplinan con el fin de no ser violentos y eso implica, nuevamente, conflicto, fricción. De modo que, cuando son violentos y tienen el ideal de no-violencia, son esencialmente violentos.
Lo primero que deben hacer es darse cuenta de que son violentos, no tratar de volverse no violentos. Vean la violencia tal como es, no traten de interpretarla a su modo, no la disciplinen, no intenten vencerla ni reprimirla; véanla como si estuvieran viéndola por primera vez. Eso implica mirarla sin que intervenga ningún pensamiento. Ya he explicado qué entendemos por mirar con inocencia un árbol: es mirarlo sin la imagen. De igual modo, ustedes tienen que mirar la violencia sin la imagen contenida en la palabra misma. Mirarla sin ningún movimiento del pensar es mirarla como si la estuvieran viendo por primera vez, es decir, mirándola con inocencia.
Liberarse de la violencia
¿Pueden, entonces, ver el hecho de la violencia ?ver el hecho no sólo externo, sino también el que tiene lugar dentro de ustedes- y que no haya intervalo temporal alguno entre el ver y el actuar? Esto quiere decir que en el acto mismo de ver están libres de la violencia. Están totalmente libres de la violencia porque no han admitido el tiempo, una ideología mediante la cual esperan poder desembarazarse de la violencia. Esto requiere meditación profunda, no tan sólo un acuerdo verbal. Jamás escuchamos nada; nuestras mentes, nuestras células cerebrales están de tal modo condicionadas a una ideología acerca de la violencia, que jamás miramos el hecho de la violencia. Miramos el hecho a través de una ideología, y el mirarlo a través de una ideología crea un intervalo de tiempo. Y cuando admitimos el tiempo, no hay un final para la violencia; seguimos exhibiendo violencia y predicando no-violencia.
La principal causa de violencia
La principal causa de violencia, a mí entender, es que cada uno de nosotros, internamente, psicológicamente, busca la seguridad. En cada uno de nosotros el impulso por la seguridad psicológica ?esa sensación interna de estar a salvo- se proyecta en la exigencia de seguridad externa. Internamente, cada uno de nosotros quiere estar seguro, tener certidumbre acerca de todo. Por eso tenemos todas estas leyes matrimoniales, a fin de que podamos poseer a una mujer, o a un hombre y, de ese modo, poder sentirnos seguros en nuestra relación. Si esa relación es atacada, nos volvemos violentos; tal violencia tiene origen en la exigencia psicológica, interna, de sentirnos seguros en nuestras relaciones con todo. Pero en ninguna relación hay tal cosa como la certidumbre, la seguridad. Internamente, psicológicamente, nos gustaría estar seguros, pero la seguridad permanente no existe [...].
Todas éstas son, pues, causas que contribuyen a la violencia tan generalizada e inmanejable en todo el mundo. Pienso que todo aquel que haya observado, aunque sea un poco, lo que está sucediendo en el mundo, y especialmente en este infortunado país [India], también puede, sin un gran estudio intelectual, observar y descubrir en sí mismo esas cosas que, proyectadas exteriormente, son las causas de esta brutalidad extraordinaria, de esta insensibilidad, de esta indiferencia y violencia que nos rodean.
De "El libro de la vida"
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