Para mí, no hay esfuerzo correcto y esfuerzo erróneo. Todo esfuerzo implica conflicto ¿no es así? Cuando amáis algo, en eso no hay esfuerzo, no hay conflicto ¿verdad? Veo que tiene que haber un enorme cambio en este mundo. Con todos los líderes políticos, los comunistas, los capitalistas, los autoritarios en todas partes, es indispensable en el mundo un cambio fundamental, interiormente. Tiene que haber mutación; y quiero descubrir exactamente lo que significa el cambio. ¿Puede lograrse por el esfuerzo? Cuando usáis la palabra 'esfuerzo', ello implica ¿verdad?, un centro desde el cual hacéis un esfuerzo para cambiar en alguna otra cosa. Quiero cambiar mi ambición, destruirla. Pero ¿qué es la entidad que quiere destruir la ambición? ¿Es la ambición algo separado de la entidad? La entidad que observa la ambición y quiere cambiarla, transformarla en alguna otra cosa, sigue siendo pues ambiciosa; luego no hay cambio alguno. Lo que produce mutación es simplemente observar, ver; no juzgar, valorar, sino sólo observar. Mas ese ver, esa observación, es impedida porque nosotros estamos tan condicionados para condenar, para justificar, para comparar. Lo que produce mutación es el descondicionamiento del cerebro.
Tenemos que ver todo el absurdo de estar condicionado, influenciado: por los padres, la educación, la sociedad, la iglesia, la propaganda de diez mil o de dos mil años. Hay un centro, interiormente, que se ha formado alrededor de todo eso; el centro es eso. Y cuando ese centro encuentra que algo no es beneficioso, quiere entonces ser alguna otra cosa que cree de mayor provecho. Pero no podemos ver esto a causa de nuestro condicionamiento como cristianos, franceses, ingleses, alemanes, o por las influencias de otras personas, por la de nuestra propia elección, la del ejemplo, la de los héroes, etc. Todo esto impide la mutación. Pero comprender que estáis condicionados, ver el hecho, sin astucia, sin deseo de beneficio ?sólo ver, no verbalmente, en forma intelectual, sino entrar en efectivo contacto emocionalmente con ese condicionamiento- es escuchar lo que se está diciendo. Si escucháis ahora, cuando la cosa se está diciendo, estáis emocionalmente en contacto con el hecho; y entonces no hay elección: es un hecho, como una sacudida eléctrica. Mas vosotros no recibís esa sacudida emocional, porque os resguardáis, verbalmente os protegéis; decís: '¿qué me va a pasar si pierdo todo, psicológicamente?' Pero un hombre que quiere realmente descubrir, que tiene hambre de esto, debe liberar la mente de todas las influencias y de la propaganda.
Como sabéis, es muy sorprendente lo importante que se ha vuelto la propaganda en nuestras vidas. Ha estado ahí durante siglos, pero ahora se va volviendo cada vez más desenfrenada: la doblez de palabra, la venta; se os pide que compréis; las iglesias repiten sus palabras incesantemente. Y estar libre de todo eso es observar todos los pensamientos, todas las emociones a medida que surgen de momento a momento, para aprenderlo todo sobre ello. Entonces veréis, al observar por completo, que no hay ningún proceso que dilate expresamente el periodo de descondicionamiento; él está ahí inmediatamente, y, por lo tanto, no hace falta esfuerzo alguno.
Del libro "El estado creativo de la mente"
Tenemos que ver todo el absurdo de estar condicionado, influenciado: por los padres, la educación, la sociedad, la iglesia, la propaganda de diez mil o de dos mil años. Hay un centro, interiormente, que se ha formado alrededor de todo eso; el centro es eso. Y cuando ese centro encuentra que algo no es beneficioso, quiere entonces ser alguna otra cosa que cree de mayor provecho. Pero no podemos ver esto a causa de nuestro condicionamiento como cristianos, franceses, ingleses, alemanes, o por las influencias de otras personas, por la de nuestra propia elección, la del ejemplo, la de los héroes, etc. Todo esto impide la mutación. Pero comprender que estáis condicionados, ver el hecho, sin astucia, sin deseo de beneficio ?sólo ver, no verbalmente, en forma intelectual, sino entrar en efectivo contacto emocionalmente con ese condicionamiento- es escuchar lo que se está diciendo. Si escucháis ahora, cuando la cosa se está diciendo, estáis emocionalmente en contacto con el hecho; y entonces no hay elección: es un hecho, como una sacudida eléctrica. Mas vosotros no recibís esa sacudida emocional, porque os resguardáis, verbalmente os protegéis; decís: '¿qué me va a pasar si pierdo todo, psicológicamente?' Pero un hombre que quiere realmente descubrir, que tiene hambre de esto, debe liberar la mente de todas las influencias y de la propaganda.
Como sabéis, es muy sorprendente lo importante que se ha vuelto la propaganda en nuestras vidas. Ha estado ahí durante siglos, pero ahora se va volviendo cada vez más desenfrenada: la doblez de palabra, la venta; se os pide que compréis; las iglesias repiten sus palabras incesantemente. Y estar libre de todo eso es observar todos los pensamientos, todas las emociones a medida que surgen de momento a momento, para aprenderlo todo sobre ello. Entonces veréis, al observar por completo, que no hay ningún proceso que dilate expresamente el periodo de descondicionamiento; él está ahí inmediatamente, y, por lo tanto, no hace falta esfuerzo alguno.
Del libro "El estado creativo de la mente"