El alma


Para comprender esta cuestión de la muerte, debemos liberarnos del miedo, el cual inventa las diversas teorías de la vida futura o la inmortalidad o la reencarnación. Así que decimos ?lo dicen en Oriente? que existe la reencarnación, que hay renacimiento, una renovación constante que continúa y continúa: el alma, lo que llamamos el alma. Ahora, por favor, escuche muy atentamente.

¿Existe tal cosa? Nos gusta pensar que existe, porque eso nos da placer, porque es algo que hemos colocado más allá del pensamiento, más allá de las palabras, más allá; es algo eterno, espiritual, que jamás puede morir, y entonces el pensamiento se aferra a eso. Pero ¿existe una cosa como el alma, una cosa que está más allá del tiempo y del pensamiento, algo no inventado por el hombre, algo que se encuentra más allá de la naturaleza humana, que no ha sido elaborado por la mente astuta? Porque la mente ve esta enorme incertidumbre, esta confusión, ve que en la vida no hay nada permanente, nada. La relación que tenemos con nuestra esposa, nuestro marido, nuestro empleo, nada de eso es permanente. Entonces la mente inventa algo que sea permanente, y lo llama el alma. Pero, dado que la mente piensa en ello, tal cosa sigue estando dentro del campo del tiempo. Es obvio. Si puedo pensar en algo, eso forma parte de mi pensamiento. Y mi pensamiento es el resultado del tiempo, de la experiencia, del conocimiento. De modo que el alma está ano en el campo del tiempo [...].

Así pues, la idea de la continuidad de un alma que renacerá una y otra y otra vez no tiene sentido, porque es la invención de una mente atemorizada, de una mente que desea y busca una duración a través de la permanencia, que anhela certidumbre, porque en eso hay una esperanza.

De "El libro de la vida"

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